Desde que Goodfellas cumplió 25 años de su estreno en 2015, la película fue remasterizada y ha sido reestrenada en cines. Ahora Cinépolis aprovecha la oportunidad para presentarla en México en sus salas para poder disfrutar la película en versión digital con tal de revivir en la pantalla grande esta joya y uno de los mejores trabajos de Scorsese.

En 1990, Martin Scorsese estrenó la película que conocemos como Buenos Muchachos (Goodfellas, en inglés que sustituye el nombre original de la novela de Nicolas Pileggi en el que está basada, Wiseguys o Los chicos listos). Este filme es probablemente uno de los mejores que haya realizado Scorsese en su carrera, sin duda un director de un gran talento narrativo que había demostrado desde su Ópera Prima Mean streets, la no muy afortunada New York, New York, la visión intimista de Alicia ya no vive aquí, alcanzando la consagración con la ganadora de la Palma de Oro en Cannes Taxi Driver, así como el impresionante biopic de Jack La Mota Toro salvaje y la no menos increíble pero ninguneada comedia Después de hora. También cabe mencionar el filme por encargo de El color del dinero, el resurgimiento del personaje de The hustler a cargo de Paul Newman.

Buenos muchachos ya se encontraba en la bandeja de espera para realizarla, pero cuando Scorsese tuvo presupuesto para filmar La última tentación de Cristo (basada en la novela del griego Nikos Kazantzakis), pospuso la filmación de Goodfellas hasta 1989, aun trayendo la estela de controversia que generó La última tentación tras su estreno por parte de organizaciones católicas que la denostaron. Pero eso a Scorsese para lograr una película en la que refinó sus técnicas narrativas gracias al soporte que tuvo con la lograda y genial fotografía del alemán Michael Ballhaus y la fina edición de su colaboradora Thelma Schoonmaker.

Desde el lado de la adaptación, Buenos muchachos es una de las mejores adaptaciones al cine una novela de no ficción con los testimonios reales de Henry Hill, un personaje cuya vida criminal es retratada con gran fidelidad, y si no es exactamente un equivalente en cine de la novela, sí creando una película importante que se sostiene por su original forma de contar la biografía de Henry Hill hasta que él se convierte en un testigo protegido por el FBI. Un sello particular de Scorsese en este tipo de películas, aparte de ser uno de los referentes del cine acerca de la mafia italiana en Estados Unidos, es el realismo tan visceral con la que retrata un segmento social tan estereotipado en otras producciones, adoptando un punto de vista que primero parece enaltecer la vida criminal por encima del de la vida regular del norteamericano promedio, para conducir al espectador en los altibajos que este estilo de vida conlleva de la voz cantante de Henry Hill, complementada con la de su esposa Karen Hill.

Un montaje virtuoso que ha influenciado a gran cantidad de cineastas contemporáneos y en los que se pueden detectar la influencia que Buenos muchachos ejerció en sus posteriores carreras. Cabe destacar las gloriosas interpretaciones tan a flor de piel que Ray Liotta, Robert de Niro, Joe Pesci (el ganador del único Oscar que la Academia norteamericana otorgó a esta película), Lorraine Bracco, Paul Sorvino y hasta de los actores que interpretaron los personajes secundarios los que dieron tanta vida a esta producción. También hay que señalar que nunca se utilizó una música original para la película, ni siquiera existe un tema o leit motiv de Goodfellas creado en especial para el filme, en cambio, la selección musical son temas que primero funcionan como indicador temporal (desde fines de los años 50 hasta principios de los 80) y, como segunda instancia pero la más destacable, el uso por completo dramático, narrativo, que establece el tono de la película y, en lugar de contrastarlo, logra ampliar el ambiente de las secuencias que se entrelazan como un bólido de la acelerada vida de Henry Hill. Así desde el inicio, justo después de la tremenda secuencia de introducción, en lugar de poner un tema grave, trágico y ominoso de lo que veremos a continuación, la canción de Tony Bennet, From rags to riches, establece el tono que adopta la narración en adelante empatizándonos de inmediato con el punto de vista del protagonista: un muchacho lleno de ambiciones que ve en sus vecinos italianos la forma ideal de «ser alguien en la vida». Hay cualquier cantidad de secuencias que han pasado a la historia por el virtuosismo que tienen junto con la canción que las acompaña: ahí tenemos a Then he kissed me de The Crystals acompañando al plano secuencia de Henry entrando con Karen por detrás del Copacabana con una sincronizadísima coreografía de personajes; también la tremendamente nostálgica Layla de Derek and The Dominos que enmarca la serie de asesinatos posteriores al asalto a Lufthansa, creando una simultánea y contradictoria sensación apabullante mientras la cámara de Michael Ballhaus se pasea por el recuento de cadáveres. A pesar de contar con una gran cantidad de temas en toda su pista sonora, repite el tema de Layla para cerrar el filme y así demuestra cómo se puede resignificar una canción en un momento tan oportuno como el cierre de esta historia.

A pesar de la importancia de la película, Scorsese no se llevó a su casa el Oscar como Mejor Director por esta obra y ni siquiera contó con el de Mejor Película, que fue otorgado en esa ocasión a Danza con lobos de Kevin Costner. Años después logró ganar el Oscar como Mejor Director por Los infiltrados, un trabajo decente pero por el que se considera que se le otorgó el premio debido a la deuda que tenía la Academia norteamericana que por el logro obtenido en ese filme.

Cinépolis presenta del 4 al 10 de marzo de 2016 Buenos muchachos en 17 estados del país y en todas las siguientes salas para no perder la oportunidad de volver a verlo en todo su esplendor:

Cinépolis Cancún
Cinépolis Las Misiones Cd. Juárez
Cinépolis Plaza Satélite
Cinépolis VIP Perisur
Cinépolis Galerías Metepec
Cinépolis Plaza Carso
Cinépolis Universidad
Cinépolis Perisur
Cinépolis Forum Buenavista
Cinépolis Diana
Cinépolis Plaza Central
Cinépolis VIP Samara
Cinépolis Plaza Aragón
Cinépolis Town Center el Rosario
Cinépolis Paseo Interlomas
Cinépolis Oasis Coyoacán
Cinépolis Centro Magno

Cinépolis Galerías Guadalajara
Cinépolis La Gran Plaza Guadalajara
Cinépolis Centro Max
Cinépolis Altabrisa Mérida
Cinépolis Galerías Monterrey
Cinépolis Valle Oriente Monterrey
Cinépolis Plaza Morelia
Cinépolis Oaxaca
Cinépolis Galerías Pachuca
Cinépolis Angelópolis
Cinépolis Esfera Querétaro
Cinépolis Antea Querétaro
Cinépolis Plaza San Luis
Cinépolis Las Américas Veracruz
Cinépolis Plaza Las Américas Xalapa
Cinépolis Multiplaza Arboledas
Cinépolis Plaza Río Tijuana

Ray Liotta, Robert De Niro, Paul Sorvino y Joe Pesci  retrato publicitario para Goodfellas, 1990. (Foto por Warner Brothers/Getty Images)

DATOS CURIOSOS DE BUENOS MUCHACHOS / GOODFELLAS

• El personaje de Robert De Niro, Jimmy Conway está basado en el mafioso de la vida real Jimmy Burke, alias Jimmy ‘The Gent’ o ‘El gran Irlandés’, un ex-albañil que se cree que organizó el robo de 6 millones de dólares a Lufthansa en 1978 y luego mató a los otros 10 que tomaron parte.   Para interpretarlo, De Niro estudió las páginas no usadas de las notas del escritor Nicholas Pileggi y le preguntó obsesivamente al Henry Hill real detalles sobre el Jimmy verdadero —como sostenía el cigarrillo, usaba una botella de ketchup y reaccionaba a varias situaciones.
• Scorsese intentó originalmente hacer GoodFellas dos años antes, pero cuando logró los fondos para The Last Temptation Of Christ en 1987, decidió posponerla.
• Para ser un film de notoria violencia, el conteo de muertos es relativamente bajo: 10.
• Sean Penn fue considerado para el papel de Henry. (Ray Liotta)
• La palabra FUCK se dice 296 veces en la película, en promedio dos veces por minuto.
• Aproximadamente la mitad son de Tommy DeVito (Joe Pesci). Luego de que la madre de Pesci vio el film, dijo que le gustó, pero preguntó si el tenía que insultar tanto.
• Cuando Pileggi eligió el título de su libro Wiseguy (en el cual está basado GoodFellas), los los editores sugirieron que lo cambiara, ya que nunca habían escuchado antes tal expresión— en aquel tiempo, no era vastamente conocida.
• En los vestuarios tanto de Ray Liotta como de Robert De Niro y de la hija de Frank Sinatra, Nancy, fueron puestas cabezas de caballos, como un homenaje a “El padrino” y una bienvenida al mundo de los films de la mafia.
• Manejando hacia el set, Liotta escuchaba cintas de conversaciones del FBI del verdadero Henry Hill para ayudarlo a ponerse en personaje para la filmación del día.
• Pesci mismo escribió la escena de “Funny how?” a pedido de Scorsese.  Pesci había visto una vez en Chicago una escena similar entre mafiosos borrachos.  Durante la escena, Scorsese eligió no filmar planos cortos, y amontonó a los mafiosos alrededor de Pesci y Liotta, especialmente para que se pudiera ver “el afecto en los que los rodeaban”.
• Para la famosa escena del montaje con fondo de Layla de Derek & The Dominos, Scorsese mismo tocó el piano durante la filmación de cada escena, para que pudieran entender el movimiento de la cámara sincronizando las tomas con notas específicas.
• Luego de que Henry es liberado de la cárcel y Paulie (Paul Sorvino) le advierte que no trafique drogas, Sorvino improvisó la cachetada en la cara de Liotta por lo que la reacción de sorpresa de Liotta es verdadera.
• Hay muchos cruces entre GoodFellas y The Sopranos. Comparten dos docenas de actores, y notoriamente a Lorriane Bracco y Michael Imperioli. El creador de The Sopranos David Chase dijo: “GoodFellas es el Corán para mi”.
• La escena de la cena con la madre de Tommy está ampliamente improvisada, incluso cuando Tommy le pide prestado el cuchillo de carnicero y el debate entre la garra y la pezuña.
• La escena donde Paulie corta ajo de una manera muy peculiar no usada por los chefs, aunque libros de cocina italiana han indicado cortarlo al estilo  “GoodFellas thin” y cocinarlo “a fuego bajo y lento”.
• Mientras grababa la Voz Off de Henry Hill de la película, Liotta hizo que el sonidista se sentara directamente frente a él en el estudio, para poder contarle la historia a alguien.