Qué difícil es ser un Dios: Guía de navegación en Arkanar


Si el título de la última y póstuma obra de Aleksei German no solo alude a la incursión en la que se encuentra el personaje protagónico Don Rumata, quien desde las páginas de los hermanos Arkadi y Boris Strugatsky ha explorado el planeta Arkanar, también alude al rudo encuentro que tiene la audiencia con la película impactantándola, confundiendo, decepcionando, desesperanzando, alucinando.

Para este tipo de cine, lo mejor sería ir preparados conociendo toda o la mayoría de la obra cinematográfica de Aleksei German, y puede que también haya varios que conozcan gran parte de la obra de Ciencia Especulativa (Science Fiction) de los Hermanos Strugatsky. ¿Y si no traemos el bagaje ni de uno ni de lo otro?

En la edición de Film Comment de Noviembre-Diciembre, se publicó una guía para poder abordar esta película que se ha considerado como una de las mejores películas, si no es que la mejor, de lo que ha salido en este siglo 21. La invitación es que se confronten y choquen con la película misma, pero para suavizar el trancazo fílmico, acá pueden consultar una traducción del artículo «Complejo de Dios», de Oleg Dubson traduciendo a Anton Dolin.


Complejo de Dios:

Una guía de usuario para ver la póstuma obra magna de Aleksei German, Qué difícil es ser un Dios.

por Anton Dolin, traducido al inglés por Oleg Dubson.

Qué difícil es ser un Dios –La película rusa más importante del siglo 21 hasta el momento y el último testamento de Aleksei German, considerado como uno de los cineastas más importantes después de Andrei Tarkovsky– es una nuez muy dura de pelar. No solo intriga, irrita. No solo deleita, exaspera. Te dejará no solo con pensamientos y emociones, sino también con una jaqueca. Verla puede ser tortuoso, pero podría cambiarte permanentemente –aunque necesitarías verla más de una vez para que eso suceda. esta es una guía que te hará posible sobrevivir al encuentro con esta película y salir satisfecho de la proyección.

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I. ALEKSEI GERMAN

German tuvo una vida una larga y completa –murió en febrero de 2013, a los 74 años de edad– pero dejó detrás tan solo cinco películas. Su incurable perfeccionismo puede tener parte de la culpa, pero también lo tiene su destino cruel. Hijo del autor soviético Yuri German (altamente apreciado por el mismo Stanlin), el futuro cineasta creció entre genios, alimentando grandes ambiciones desde su temprana edad. Trabajó con el legendario director de teatro Gregory Tovstonogov y fue asistente de dirección en la película de culto de 1965 de Vladimir Vengerov El asentamiento de los trabajadores, también llamado El pueblo-fábrica. En 1971, hizo su primer película, El juicio en la carretera, basado en una historia de su padre recientemente fallecido, acerca de una colaborador Nazi que deserta por los campesinos. El trabajo fue declarado como anti-soviético y fue enlatado; tuvo su premiere 15 años después. La segunda película de German, 20 días sin guerra (76), tuvo una distribución limitada a pesar de que su guión fue escrito por el poeta reverenciado Konstantin Simonov. Su tercer película, Mi amigo Ivan Lapshin (84), esperó dos años para llegar a la pantalla. La cuarta, ¡Khrustalyov, mi carro! (98), salió después del colapso de la Unión Soviética, una época en la que Rusia casi no tenía un sistema distribución de películas. En Cannes fue aplastada, aunque después muchos críticos la colocaron entre las películas más importantes del siglo 20.

Radical e innovador durante toda su vida, German examinó el inconsciente colectivo del Hombre Soviético, y Qué difícil es ser un Dios llegó para ser la suma total de toda sus obras. Murió un mes antes del estreno agendado. Sus herederos –su viuda y coguionista Svetlana Karmalita y su hijo, el director Aleksei German Jr.– ocuparon seis meses adicionales para finalizar la película.

“Nunca fui aleccionado, molestado o que me hubieran embarrado la nariz en la mierda por ningún director. No soy un profesional, y eso me obliga en cada etapa inventar el cine –el mío propio, el tipo de cine que me interesa. Uno que es diferente al de los demás de alguna manera. ¿nunca se ha hecho de esta forma? Lo voy a intentar. ¿No está funcionando? Viraré en otra dirección.”

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Arkadi y Boris Strugatsky

II. LOS STRUGATSKY

Qué difícil es ser un Dios es una adaptación de la novela de culto escrita en 1963 por los hermanos Arkadi y Boris Strugatsky, los escritores más famosos de la Unión Soviética. Muchas películas importantes de Rusia se basaron en los libros de los Strugatsky –lo más notable son el Stalker de Andrei Tarkovsky y Los días del eclipse de Aleksandr Sokurov. El protagonista de Qué difícil es ser un Dios es un joven historiador del planeta Tierra, quien vive de incógnito en el planeta distante e ignorante Arkanar, donde trata de proteger a la elite intelectual local de la persecución y el asesinato. German hizo muchos cambios al material original: específicamente, dejó al héroe sin nombre y retrató a la Tierra como un lugar oscuro y sin esperanza, nada como la utopía inventada por los Strugatsky. El final es radicalmente diferente: en el libro, Anton regresa a la Tierra y atraviesa por una rehabilitación, mientras que en la película el héroe no encuentra razones para regresar a casa.

“Trabajé en la primera versión del guión con Boris Strugatsky. El venía, pedía té con caramelos –y la mitad del tiempo discutíamos sobre la situación política del mundo. Él era muy culto, perentorio, sabía de todo… y nada de lo que decía correspondía a la realidad. Era maravilloso trabajar con él y muy difícil para trabar una amistad, aunque logramos ser amigos.”

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III. 45 AÑOS.

Quince años transcurrieron entre la búsqueda de locaciones y la selección del reparto para Qué difícil es ser un Dios y su premier mundial en el festival de Cine de Roma en 2013. German estaba  enfermo muy seguido. Se acababa el dinero y después reaparecía. El Cinefotógrafo fue reemplazado. Para el momento en que German llegó a la regrabación de diálogos, varios del reparto ya habían muerto. Él había empezado a pensar acerca de la película antes de trabajar en El juicio en la carretera y comenzó a escribirlo a finales de los años sesenta; el proyecto recibió luz verde por Goskino, la agencia oficial de cine del Estado. Después de que los tanques soviéticos fueron a Praga, la aprobación fue revocada –de repente, la película se consideró peligrosa. Qué difícil es ser un Dios volvió a entrar en producción durante la perestroika, pero otra adaptación de la novela de los Hermanos Strugatsky ya se estaba haciendo por el cineasta alemán Peter Fleischmann. German abandonó su proyecto, pero regresó a él 10 años después, habiendo co-escrito una tercera versión con Karmalita.

“¿A quién le importa que el artista Ivanov haya trabajado en La aparición de Cristo ante la gente durante toda su vida? Él hizo una buena pintura como resultado. Mientras que el artista Ioganson hizo muchas pinturas –por lo general, malas. Es mejor hacer una sola que sea buena.”

IV. TRAMA

La reputación de la carencia de trama de Qué difícil es ser un Dios es un mito. German, quien constantemente luchaba en contra de las convenciones de la sobadísima narrativa soviética, es famoso por ponerles mucha atención a los personajes secundarios, y su última película no es la excepción. Qué difícil es ser un Dios mantiene todos los giros de la trama del libro –tan solo tienen que escuchar con atención los diálogos. Entonces todo se aclara: la naturaleza de la misión del Hombre de la Tierra que asume la identidad de Don Rumata; su relación romántica con la chica Arkaniana así como su amistad con “El Porthos de Arkanar”, el Barón Pampa (interpretado por uno de los actores favoritos de German, Yurily Tsurilo, a quien el director descubrió cuando realizó Khrustalyov); la intriga que involucra un golpe de estado liderado por el ministro Don Reba; y el encuentro con el líder rebelde Arata El Jorobado. Los estudiosos de Strugatsky consideran la versión de German como la más fiel.

“La trama de la película tiene que ver con un estado medieval vil, donde los intelectuales, bibliófilos y pensadores son asesinados, y ahí viene un momento donde el héroe mismo se convierte en un animal, en una bestia.”

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V. CÁMARA

El acercamiento de German: Rechazar los bellos visuales, imitar el mundo ecléctico y grotesco de Breugel el Viejo y el Bosco. El primer cinefotógrafo de la película, Vladimir Ilyn, murió de cáncer en 2006 en medio de la filmación y su lugar fue ocupado por Yuri Klimenko. El Diseño de Producción quería mostrar el mundo de Arkanar desde su interior, explorando cada detalle. No es de poca importancia que, debido a la trama del libro, Rumana use en su frente un anillo conteniendo una joya. La joya es, de hecho, una cámara oculta y gran parte de la película consiste del pietaje del “documental” que captura.

“Crear un mundo que nunca ha existido –Es un gozo indescriptible… Lo estuvimos ensamblando en la República Checa a partir de seis o siete castillos –esta parte de aquí, esa otra de allá, una calle lateral de aquí, un palacio real allá. Yo dije desde el principio: Vamos a intentar hacer una película que tenga un olor pegado. Para filmar la Edad Media a través de una cerradura, como si soliéramos vivir allí.”

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VI. LA EDAD MEDIA

No es por azar que la acción de la película se desarrolle en otro planeta: esta no es la Edad Media de nuestra propia historia. Y así los habitantes de Arkanar están familiarizados con la papas y el tabaco pero nunca han visto una catedral gótica. El monoteísmo y el arte de carácter religioso no existen aquí: un mundo pagano se presenta ante nosotros, donde, sin embargo, las órdenes monásticas y la inquisición mantienen su influencia. No solo los disidentes son perseguidos en este planeta, sino también los intelectuales y los artistas. Arkanan no es nada si no más que una alusión transparente de la Tierra en la actualidad.

“Estábamos haciendo una película acerca de nosotros. Arkanan no es diferente de nosotros: Las mismas denuncias, la misma bajeza, las mismas prisiones, los mismos Negros, los mismos Grises. Hemos logrado llegar a Nada: Lo que sea que hayamos tenido en el siglo 16 lo tenemos en el 21. Y para los terrestres, pues están lejos de ser la mejor creación de Dios”.

VII. POLÍTICA

Los paralelos políticos entre lo que sucede en la película y ciertos eventos contemporáneos se sugieren por sí mismos, pero deber ser señalados con la mayor de las precauciones: después de todo, el proyecto tiene medio siglo de antigüedad y el guión fue terminado hace 20 años. Sin embargo, muchos intérpretes ven a Putin en el protagonista, en Rumanta, y ven a la masacre final como una metáfora de la Guerra de Chechenia o, más ampliamente, por la incapacidad de cambiar cualquier cosa en Rusia sin un derrame de sangre. De cualquier modo, su escena de masacre masiva sucede fuera de pantalla, dejando al espacio muy abierto para las interpretaciones.

“Putin me estaba dando un premio y le dije que estaba haciendo una película llamada Qué difícil es ser un Dios y eso se le hizo muy interesante. Un tamaño silencio mortal descendió en el cuarto –hasta que se movió.”

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Leonid Yarmolnik como «Don Rumata»

VIII. PROTAGONISTA

A diferencia de los demás en la película acerca de un mundo de suciedad y mugre, Don Rumata es el único que viste una camisa blanca invariablemente limpia (la cual, además, le sirve como su armadura) y parece ser el único que sabe qué es lavarse. Sus intentos de limpiarse de Arkanar, de  deshacerse de su olor, son inútiles; al final, se encuentra todo salpicado en un charco, sin pantalones, y  quedarse en Arkanar para siempre. El Rumata de German no es el joven idealista del libro de los Strugatsky sino un caballero envejeciendo quien perdió la fe de su misión, Don Quijote y Hamlet al mismo tiempo. (En una escena, él cita el poema celebrado de Boris Pasternak acerca del Príncipe Danés).

Rumata es interpretado por Leonid Yarmolnik, famoso en Rusia como actor secundario de comedia y conductor popular de la TV. Su ingreso al reparto impactó al público, pero German tiene una historia de usar a actores no serios para los roles protagónicos de sus películas: Rolan Bykov en Juicio en la carretera, Yuri Kikulin en 20 días sin guerra, Andrei Moronov en Mi amigo Ivan Lapshin.

“Rumata es un ser humano de la Tierra contemporánea –él voló por encima de nosotros. Es un disidente. Los otros astronautas volaron lejos al final y escaparon de Arkanar. Aunque él se quedara atrás.”

IX. HUMOR

Puede que encuentre gracioso a Qué difícil es ser un Dios. Que no le de miedo reírse –el fino sentido del humor se alinea con aquella de la pintura flamenca y la prosa satírica Rusa, desde Nikolai Gogol y Mikhail Saltykov-Shchedrin a Mikhail Zoshchenko y Mikhail Bulgakov. También es posible que no la vas a encontrar graciosa: a pesar de sus elementos del absurdo rusos, del cual German era un maestro, este fil es una tragedia a final de cuentas.

“Rusia siempre ha sufrido de dos desgracias: cosechas terribles y grandes, excelentes cosechas. Y siempre hemos vivido entre ambos; no había diferencia. Si la cosecha era tremenda, los periódicos escribían acerca de eso por mucho tiempo, y entonces empezaban a decir tímidamente  se había podrido por tal y tal razón, y que las cosas iban a empeorar más que en el año anterior cuando la cosecha fue muy pobre.”

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X. MUERTE

Si dejamos atrás la política, la sátira, lo metafórico, lo anti-utópico y los planos históricos y nos movemos hacia lo metafísico, Qué difícil es ser un Dios es una película acerca de la muerte, en la tradición de la danza macabra del medioevo. No es de sorprenderse que El Séptimo Sello de Ingmar Bergman sea la película favorita de German. De alguna manera, tampoco sorprende que mucha gente murió en el transcurso de la filmación de Qué difícil es ser un Dios, culminando con la muerte propia de German. En los últimos cuadros de la película, una chica se queja de que la música de Rumata le da dolores de estómago. Esa es una de las claves de la película. La vida es inseparable del dolor, pero mientras sientas este dolor, no sucumbirás a la indiferencia y al olvido.

“Es una película acerca de la búsqueda de una salida de este mundo: acuchillar, ser gentil, observar, ayudar –¿cómo debe uno vivir? Si no hay salida sin importar lo que haga el héroe, todo se convierte en sangre. Tú no quiere matar, quieres ser amable –será del modo en que es, nada cambiará para bien. Tú quieres matar– bien, las reformas empezarán, pero no obstante te convertirás en un hombre terrible con sangre en tus manos.”


Todas las citas son tomadas del libro de 2011 de Anton Dolin Aleksei German: Entrevistas, ensayos, impresiones de pantalla, producto de numerosos encuentros y entrevistas con el cineasta.

Un comentario en “Qué difícil es ser un Dios: Guía de navegación en Arkanar

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