El Oscar 2015: ¿Importa más el premio que la película?


oscar2013Ahora que llegamos al final de una prolongada y usual campaña por la Ceremonia de entrega del Oscar este 22 de febrero, de estar pendientes de las nominaciones finales y ahora en suspenso por saber quiénes serán los ganadores, siempre nos hacen percibir este premio como el más importante de la cinematografía mundial. Y aunque sabemos que la industria norteamericana es la que tiene más presencia global, este posicionamiento nos deja la sensación de que es más importante la ceremonia de entrega televisada que las películas mismas. Suena absurdo, pero no lo es. Y más cuando es uno de los eventos anuales de la televisión estadounidense que genera más rating que otros, obvio sin superar al Super Bowl, pero este no es su objetivo. La carnada son las películas nominadas y la estrategia comercial de los estudios es aprovechar este suspenso para estrenar esos filmes días antes de la premiación. Aparte de los premios otorgados en las categorías más relevantes, el resto de nominaciones en las categorías «menores» alargan el programa durante tres horas ensalzándolo con musicales y breves intervenciones de comedia para mantener la atención. Nada como la ceremonia anual de Cannes que apenas ocupa una hora para otorgar sus reconocimientos y terminar pronto sin extenderse innecesariamente.

Y como parte ya inevitable de la transmisión, nos han vendido la idea de también soplarnos el desfile de estrellas en la alfombra roja para calentar el suspenso que mantiene la posterior atención para conocer a los ganadores. Se han adicionado las ideas de quién viene mejor vestido, mejor enjoyado, pero nada de esto aporta a la percepción que las mismas películas nominadas hacen por ser relevantes ante los espectadores. Y repito, la sencilla conclusión, si quieren irse ya a seguir la carrera por el Oscar, es que es más importante la ceremonia y el premio que las películas nominadas y ganadoras. Pero eso no quiere decir que no se pueda parodiar hasta la alfombra roja previa a el Oscar, como lo hace Guillermo del talk show de Jimmy Kimmel Live.

 The Buzz around the Oscars

Gracias a la atención que genera la premiación del Oscar, hay toda una maquinaria de periodistas de espectáculos que trabajan por alebrestar nuestra atención y hacen sus propias predicciones de quién o no ganará (no incluyamos aquí las apuestas que se hacen en Las Vegas al respecto), sin perder la oportunidad de recetarnos las tomas de la alfombra roja, como si eso importara, pero a ellos sí que le importa. Y esos periodistas no pierden la oportunidad de marcar su raya ante los críticos de cine norteamericanos que, aunque también siguen la carrera por el Oscar y dan sus sesudas opiniones, no están tan enamorados con la premiación y menos le dan importancia a la ceremonia, como tampoco hacen tanta alharaca a las películas ganadoras. En todo caso, apuntan qué otras películas no son consideradas para las nominaciones y que saben tiene mayor calidad que aquellas dentro de las ternas. Eso ha generado una agria y constante distancia entre los críticos de cine y los periodistas de espectáculos aptos para el morbo del showbizz. Los críticos ven con mejores ojos a aquellas producciones independientes que aportan más al arte cinematográfico que las producciones industriales. Recientemente, Criticwire dio cuenta de este suceso y la campaña de esos periodistas contra los críticos, quienes consideraron a Adiós al lenguaje de Jean-Luc Godard como la mejor película de 2014, recibiendo una carta de agradecimiento de JLG a la Asociación Nacional de Críticos de Cine (NSFC, National Society of Film Critics) . Obvio, ni siquiera Adiós al lenguaje figura como Mejor Película Extranjera para un cineasta que rechazó la intentona de la Academia por otorgarle el Premio Cecil B. de Mille por su carrera.

Ya basta de ser el Grinch del Oscar

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Los nominados a Mejor Película 2015. ¿Cuál es la preferida?

No está Under the skin de Jonathan Glazer en ninguna de las nominaciones, así como otras producciones británicas de mayor calidad que The imitation game. Así nos podemos seguir con otras películas que tampoco fueron consideradas, pero quedémonos con las que si quedaron entre las ternas de la Academia. Mucho menos hagamos la extensiva relación de las otras que quedaron fuera en las ceremonias anteriores y que son clásicos del cine norteamericano hayan ganado o no algún premio. Sabemos que en los últimos años, la Academia ha nominado como Mejor Película a más de 5 producciones como solía ser su costumbre, entrando ocho en esta ocasión. Gracias a las extensas revisiones en varios lados, sabemos que las grandes favoritas por llevarse el Oscar a Mejor Película se divide entre Birdman de Alejandro G. Iñárritu o Boyhood de Richard Linklater, quienes también tienen nominaciones importantes en las otras grandes categorías. Considerar a The Grand Hotel Budapest significa bastante para la carrera de Wes Anderson, quien ha refinado para gusto de unos y disgusto de otros su obra estilizadísima y harto reconocible, logrando un producto muy disfrutable y gran referente de cómo contar una historia con soltura, técnica narrativa y un encanto como el propio Anderson suele entregar. De todas las nominadas y que sería una sorpresa que ganara a pesar de todas las puestas, la que mejor le ha ido en taquilla es American sniper de Clint Eastwood, el agrio relato de un soldado en la guerra de Irak, que ha llevado a un público a las salas de cine que no suele ser el acostumbrado (para sorpresa, son aquellos que apenas llegan a ver una o dos películas al año aun teniendo los estrenos al alcance, pero que por razones económicas prefieren no ir al cine). Whiplash es de las entradas independientes que más han llamado la atención aparte de Boyhood y que aparte del muy seguro Oscar por Mejor Actor Secundario sea para el increíble J. K. Simmons, es probable que no se lleve el Oscar, aunque si llegara a ganarlo sería una sorpresa agradable, sobre todo para aquellos que la han alabado por encima de las otras películas nominadas. The imitation Game y The Theory of everything son las biopics que suelen entrar en las nominaciones por tener las características propias para el Oscar bait, películas dramáticas cuyos protagonistas sufren por tener alguna discapacidad (o capacidad distinta) o cuya preferencia sexual les trae un infierno difícil de llevar. Selma es de las biopics que más han generado un agrio escándalo hacia la Academia, apenas recibiendo la nominación importante en esta categoría y otra como Mejor Tema Original, dejando una sensación de que es incómoda para la Academia y teniendo muchos valores que le podrían haber sido considerado para otras nominaciones relevantes, como menciona Justin Chang de Variety, que es «un filme muy convencional pero que se siente profundamente radical».

Quien resulte ganador, tendrá que enfrentar el paso del tiempo y ver si no se queda en el recuerdo como otras tantas películas que obtuvieron la presea más codiciada y apenas son recordadas… como ¿Argo? Y… y… bueno, otras más 🙂

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Todas aquellas películas aptas para recibir las nominaciones finales, suelen compartir una serie de características temáticas que las convierten como películas «oscareables». En el post respecto al tema que Roger Koza hizo en su blog Ojos abiertos, encontramos esta definición perfectamente desglosada:

En general, las películas ganadoras oscilan entre una banalidad rampante (El artista) o un manifiesto humanista (sádico) sin matices (12 años de esclavitud). El tema de un filme está siempre por encima de su forma. En cuanto a las interpretaciones, casi sin excepción, se impone la escuela del Método: la caracterización y la mímesis, el sufrimiento físico y psíquico, la gestualidad obsesiva, el histrionismo arraigado en emociones transcendentales son las cualidades que suman estatuillas. Un comediante, o cualquier actor que trabaje lejos de la tradición de la composición de personajes, tiene pocas posibilidades de llevarse un Óscar a su living. Es por eso que El Gran Hotel Budapest, lejos la mejor película de todas las nominadas en este año, no se llevará ningún premio (importante). Es también lo que explica la lógica de la nominación del equipo masculino de sufrientes notables. La psicología dramática y un existencialismo kitsch que tanto gusta en Hollywood –presunto retrato de la condición humana– vencen siempre. El humor es cosa de inmaduros, como si la risa estuviera relegada a una excepción de la conducta. He aquí la filosofía hollywoodense por antonomasia: la gravedad pomposa es la marca del arte cinematográfico.

 Y aquellas películas cuyas temáticas están cercanas a estas características, simplemente se les llama Oscar bait, carnada para los Óscares. De esta forma, ustedes pueden descubrir todos aquellos filmes aptos para los Oscares, ganen o no, sobre todo al estrenarse en el último bimestre del año y a principios del siguiente, previo a la entrega.

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Esperemos los resultados que salgan este domingo 22 de febrero. Seguro estaremos millones viendo la ceremonia y volcándonos en twitter para hacer comentarios relevantes y, sobre todo, irrelevantes que le dan ese cariz más entretenido a la Ceremonia misma del Oscar.

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